Mario Pérez es un organizador comunitario y becario de Resistiendo a la Vigilancia con Community Justice Exchange (CJE) (‘Intercambio de Justicia Comunitaria’), donde construye poder para abolir la criminalización por datos, la vigilancia y todas las formas de control social que son impuestas sobre las comunidades migrantes.
Hablamos con Mario sobre sus experiencias de organización de la lucha contra del programa de gestión de casos de deportación, el Programa de Supervisión Intensiva de Comparecencia (ISAP, siglas en inglés), también descrito por el servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, siglas en inglés) como Alternativas a la Detención (ATD, siglas en inglés). Por medio del ISAP, el ICE usa varias tecnologías de vigilancia para rastrear a 185 000 inmigrantes y familias. Entre otros métodos, el ICE monitorea a personas del ISAP por medio de grilletes de tobillo electrónicos que usan GPS y por medio de SmartLINK, una aplicación de celular que usa GPS y tecnologías de reconocimiento facial y reconocimiento de voz.
Hannah Lucal: Nos conocimos trabajando en temas de vigilancia del ICE. Antes de que hablemos sobre tu trabajo, ¿puedes contarnos un poco sobre quién eres y cómo empezaste a
hacer trabajo de organización comunitaria?
Mario Pérez: Soy un hombre queer, gay. He vivido en el sur de California básicamente toda mi vida. Llegué a Estados Unidos cuando tenía cinco años, así que crecí prácticamente como indocumentado. No fue hasta la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia [DACA, siglas en inglés] que vi algún tipo de alivio migratorio, y luego me lo quitaron. Con la DACA, tienes que ser el DREAMer perfecto.1 No te permiten errores. Debido a un par de problemas que se me1 atravesaron, básicamente me quitaron la DACA.
Después de esto, durante la Administración Trump, todo el mundo estaba en riesgo de detención y deportación. La palabra “criminal” se expandió en el contexto migratorio para incluir a cualquier persona que no tenía ningún tipo de estatus. Yo vivo a una hora del centro de detención más grande de California, [el Centro de Detención] Adelanto. Ese centro tiene alrededor de dos mil camas. Estaban haciendo muchos arrestos en las comunidades durante ese tiempo, así que [agentes del ICE] llegaron a las 6:00 a.m. y me llevaron a Adelanto.
Después de seis meses, por fin me liberaron bajo fianza, pero me inscribieron en las Alternativas a la Detención [ATD, siglas en inglés; también conocidas como el Programa de Supervisión Intensiva de Comparecencia o ISAP]. Cuando estás encarcelade, estás tan desesperade que cualquier tipo de alternativa que te ofrezcan, la vas a tomar. Yo de verdad no sabía sobre las ATD, no sabía qué iba pasar. Sabía que las condiciones de detención eran muy, muy horribles. Así que el primer tema sobre el cual empecé a hacer trabajo organizativo fue apoyo humanitario para las personas que estaban siendo liberadas.
Estuve bajo el programa de ATD durante unos cuatro años. Primero, estuve con un monitor de tobillo durante unos siete meses. Eso fue... fue terrible. Tenía que llevar pilas a todas partes. Fue una vergüenza tener eso en el tobillo y que la gente pensara que eres esto o aquello. Tenía citas obligatorias semanales en la oficina y en casa, y mi vida era muy restringida. En definitiva, te deshumanizan, ese es el propósito de los monitores de tobillo.
Finalmente, un día recibo una llamada de mi responsable de caso. Eso sí, antes de eso, le había preguntado varias veces: “¿Cuándo me van a quitar esto? Siempre llego a tiempo. He estado haciendo todo lo que me pides. Te he dado mi pasaporte como me pediste y nada”. Entonces me dice: “Oye, ¿puedes venir? Vamos a quitarte el monitor de tobillo y ponerte en esta aplicación”. Y yo le digo: “¡Dios mío, esto es genial!”, porque sonaba como lo mejor. Le digo: “Por fin, puedo, mierda, hacer cosas simples como usar pantalones cortos sin sentir ningún tipo de vergüenza”.
Me pusieron en la aplicación SmartLINK durante unos tres años. No estaba consciente de todo el daño a mi salud mental que me estaba causando hasta que me pidieron que participara en el informe Tracked and Trapped (‘Rastreado y atrapado’), que fue elaborado por CJE, JFL [Just Futures Law], DWN [Detention Watch Network] y otros. Me preguntaron: "Cuéntanos cómo te sientes". Esa fue la primera vez que dije: “Bueno, esto ha sido horrible. No sabía que iba a tener que construir toda mi vida en torno a un programa. Que mi sustento, mis citas, mi vida diaria tendrían que funcionar en torno a esto. Ni que podrían castigarme por cualquier pequeña cosa”.
Ahí fue donde decidí, necesito compartir lo que pasó conmigo y apoyar a la gente que está en estos programas.
Hannah: Gracias por compartir esto. Me gustó mucho poder apoyar el informe Tracked and Trapped a través del trabajo que estaba haciendo con JFL en ese momento. Algo que realmente me llamó la atención es que los daños (y el trauma duradero para muchas personas) no son un efecto secundario del programa, son el propósito del mismo, como dijiste. A través de ese informe, trece organizaciones y muches miembros de la comunidad también demostraron que es casi imposible tener trabajo, cuidar a la familia, salir de casa, etcétera mientras se está siendo vigilade. Tengo curiosidad si quieres compartir más sobre lo que esperabas de este programa en comparación con lo que experimentaste.
Mario: Recuerdo haberle preguntado al oficial del ICE que me puso el grillete electrónico: “¿Cuánto tiempo deberé tener esto?”. Y él me respondió: “Tendrás que preguntarle a un juez”. Para entonces ya estaba en la BIA [siglas en inglés de la Junta de Apelaciones de Inmigración], así que no había tribunal. No había juez. Sabía que algo andaba mal, pero no lo entendía.
Al entrar a la oficina del ISAP por primera vez, reprodujeron este video y había un letrero que decía: “Si necesita esto o aquello, informe a su responsable de caso”. Une escucha “responsable de caso” y piensa: “Oh, está aquí para ayudarme”, cuando en realidad eso no es lo que es, ¿verdad? Llamémoslo como es, no están ahí para apoyar, están ahí para deportar. Necesitamos llamar a estos programas y tecnología por lo que son, que es gestión de casos de deportación. Esa es la única manera de entender para qué están ahí.
Hannah: Sí. Recuerdo que hablaste en el informe Tracked and Trapped sobre cómo algunas personas podrían dudar en contar sus experiencias con el ISAP debido a la forma en que está enmarcado en el ICE. ¿Podrías compartir más sobre por qué elegiste hablar de ello?
Mario: Al estar en el programa me daba un poco de vergüenza hablar de ello porque aquí estoy, tengo el privilegio de estar libre y con mi familia y poder pelear mi caso desde fuera, pero hay amigues que todavía están encarcelades. Tengo esta extraña sensación de que no debería quejarme, como: ¿qué más quieres? Hasta el informe Tracked and Trapped no vi a organizaciones y personas reales que decían: "Esta idea que les vendieron no es real". El solo hecho de entender que esto no es más que otro brazo de la máquina de deportación me hizo querer realmente compartir mi historia.
La gente vive con miedo y, durante mucho tiempo, yo también viví con miedo. Recibía llamadas telefónicas como a las 2:00 a. m.: "Hay un problema con tu monitor de tobillo, debes informar por la mañana". No preguntan nada como: "Por cierto, ¿tienes trabajo, estás asistiendo a la escuela, tienes hijes?". Es como, tienes que estar siempre ahí disponible o de lo contrario…
Me di cuenta de lo aislade que estaba, que es lo que quieren, ¿no? Quieren hacer que todo sea lo más difícil posible hasta el punto en que estés al borde de rendirte. Te están aislando del mundo, de los trabajos que puedes conseguir…; tu grupo se vuelve más pequeño porque tienes que pasar controles; tienes que llevar todos esos dispositivos contigo.
Hannah: ¿Puede hablarnos sobre el papel de la empresa BI Incorporated, que vende las diversas tecnologías al ISAP, y que también gestiona todo este programa para el ICE? ¿Cómo funcionan las tecnologías del ISAP?
Mario: BI es parte del GEO Group, que está a cargo de centros de detención como Adelanto. Están usando monitores de tobillo, la aplicación SmartLINK, registros telefónicos y el VeriWatch. El monitor de tobillo es un GPS que básicamente te rastrea a donde quiera que vayas, para asegurarse de que no salgas de la zona que te ha sido asignada.
Intentan que suene menos intrusivo, pero cuanto más optimizan la tecnología, más datos recopilan de ti. Pasaron de un monitor de tobillo a tener acceso a tu teléfono móvil. Con SmartLINK, no sabemos toda la información que recopilan. El año pasado llegó el reloj VeriWatch. Parece un ladrillo. No hay posibilidad de que alguien lo vea y diga que es un reloj Apple Watch o Android. Y el punto es que, no, eso no es lo que estamos exigiendo.
Hannah: Hablando de exigencias, ¿podrías hablar más sobre el enfoque de tu trabajo organizativo?
Mario: El primer proyecto antivigilancia en el que tuve la fortuna de trabajar, con el apoyo y recursos de CJE, fue la creación de la Red de Resistencia a la Vigilancia. Tuve excelentes relaciones con otres líderes directamente impactades y organizadores que también habían vivido la vigilancia del ICE, pero nunca habían debatido en torno al impacto que estos programas habían tenido en sus vidas. Sabíamos que había otras personas en nuestras redes que estaban en ese momento enfrentándose a las ATD y queríamos construir un espacio de solidaridad, romper con el aislamiento, y usar nuestras experiencias de vida para concientizar y resistir. Nos reunimos durante cuatro meses y compartimos este espacio increíble donde tuvimos ponentes que nos ofrecieron educación política. La mejor parte de esta experiencia para mi fueron las conversaciones durante nuestras reuniones. Se sintió como si estuviéramos construyendo este pequeño pero poderoso ejército de seres humanos con conciencia política y listes para combatir la tecnología y la vigilancia del ICE.
Mi trabajo recientemente ha sido crear [recursos] narrativos para organizadores comunitaries y el público. CJE tiene un grupo de seis organizaciones de base en todo el país que están resistiendo en contra de las ATD. Escuchamos mucho sobre el ICE y BI. Gracias a producciones propias como la revista, estamos empezando a saber de personas directamente impactadas y el daño que ha causado.
La otra razón ha sido mostrar a las organizaciones sin fines de lucro que se sienten tentadas a recibir dinero federal para participar en la gestión de casos que esa no es la respuesta, ¿no es así? Hay que evitar que estos programas recurran a organizaciones sin fines de lucro bajo el disfraz de la gestión de casos traumáticos. Lo que les planteo es que se están convirtiendo en autoridades policiales, al asumir ese trabajo. No importa lo amigable que hagas tu programa. Si alguien tiene una emergencia y no puede acudir a su cita, vas a informar sobre ello, ¿no? No vas a decir: “Oh, es un miembro de la comunidad, lo vamos a dejar pasar”. No me vengas con tonterías. Todavía no he tenido noticias de algo así en la revista, pero me encantaría. [Risas]
Hannah: Es revelador que tantas organizaciones se vayan a beneficiar de esta vigilancia o vayan a justificar la vigilancia continua por medio de este programa. ¿Cómo llegasteis a la idea de hacer esta revista?
Mario: Queríamos algo que podíamos repartir en nuestras protestas, para mostrar qué está pasando al tiempo que hacemos educación política. La revista es una recopilación de historias. Puedes seguir a tal personaje que se harta de su experiencia con el ISAP. Fue muy importante contar la historia de cómo la gente se politiza, pero también que hay esperanza, que hay una comunidad que te apoyará, ya sea con una campaña de desescalada para intentar sacarte del programa o simplemente estando ahí para escucharte hablar de lo horrible que es.
Hannah: ¿Qué tipo de riesgos hay y qué tipo de limitaciones está enfrentando la gente cuando decide organizarse en torno a esto?
Mario: Cuando estás sujeto al ISAP, técnicamente no tienes derechos, ¿correcto? Este se basa en tácticas de miedo. Une responsable de caso puede tener un mal día y desquitarse contigo, te reporta al ICE y ya está.
Las limitaciones de la mano con los riesgos. La última cosa que alguien quiere es terminar volviendo a la detención. Digamos que alguien está con la aplicación de SmartLINK, ¿vale? Si se resiste, podrían volver a ponerle un monitor en el tobillo, o podrían informar al ICE, y eso potencialmente le puede llevar de nuevo a la detención. Estas son las amenazas reales que hacen. Yo en realidad no me resistí mucho porque ya había perdido mi caso de asilo. Yo ya estaba en el Noveno Circuito [de la Corte Estadounidense de Apelaciones), así que el riesgo era mucho más alto.
Nunca deberíamos de pedir a ninguna persona que tome esos riesgos al menos que se sienta segura. Porque las autoridades van a hacer cualquier cosa que consideren necesaria, y no va a ser a tu favor.
Hannah: Dices que las personas bajo el ISAP no tienen derechos. ¿Qué tiene que cambiar en términos de cómo hablamos sobre la tecnología y la vigilancia? ¿Quieres decir más sobre tu visión política?
Mario: Mi visión política seria abolir todo el monitoreo, toda la vigilancia. La gente está mejor cuando se les deja en paz, y eso es un hecho.
Conozco a muchas personas y familias que han sido forzadas a inscribirse en el ISAP. Veo a personas que viven con miedo, no asisten a eventos familiares, se pierden su vida por estas tecnologías, por el miedo. Me asaltan los sentimientos sobre los últimos años y lo que han significado para mí personalmente.
Con el ISAP, olvídate de la privacidad. Por eso te aíslas, porque te vuelves muy consciente de que te falta tanta privacidad, que casi pones en riesgo a otras personas. Hasta cosas como tener una cita, ¿vale? Para ser honeste, tener una cita con un monitor en el tobillo te resta mucho atractivo [Risas]. Si estás tratando de construir una relación o una amistad, es el tipo de cosas que vas a tener que hablar, ¿no es así? Y de ahí viene todos esos sentimientos raros y preguntas como: “¿Nos están viendo ahora mismo, por medio de tu celular? ¿Por qué tienes este monitor en el tobillo? No vamos a poder tener esta cita aquí.”
Hannah: ¿Está impactando a tus relaciones y a tu capacidad de establecer vínculos?
Mario: Sí. O a irme de vacaciones: si vuelas con un monitor en el tobillo, te llevan a una segunda inspección de inmediato. Me gustaría que la gente entendiera que es algo que penetra cada uno de los aspectos de tu vida.
Hannah: He oído a gente hablar de ello como “detención digital”. Es como si llevaran la detención a tu vida cotidiana de una forma tecnológica.
Mario: Exactamente. Es como: “Tienes que decirme de dónde eres, qué estás haciendo, qué pensamientos tienes”. Se meten en tu cabeza, lo que hace que te atengas a sus criterios. Ha sido difícil.
Tengo tanta información de mi organización en mi teléfono a la que pueden acceder fácilmente que me da miedo. También, en familias con estatus mixto, no sabes si están escuchando y van a reportarlo. Hay cosas que las personas bajo el ISAP no pueden tomarse el lujo de hacer, y estamos hablando de cómo protegernos, mantenernos segures. Es otro monstruo por completo.
Hannah: ¿Cómo ha cambiado tu relación con la tecnología después de haber sido sometido a la vigilancia del ICE?
Mario: Soy muy cuidadose con lo que comparto en mis redes sociales. Si participo en protestas, no comparto dónde estoy. Al mismo tiempo, lo que le digo a la gente es: poder sobre el caos, ¿no? No tenemos como objetivo crear caos, miedo. Se trata solo de estar atente a lo que haces porque sabemos que usarán cualquier cosa en tu contra. Es una cuestión de navegar de manera segura sin crear ese miedo que muches de nosotres sentíamos antes.
Hannah: Poder sobre el caos, nunca había oído eso.
Mario: Estamos lidiando con una mierda tan inmensa, con tantas corporaciones y sistemas realmente enormes... Y así es como podemos, al menos, mantener cierto control sobre lo que nos puede pasar o no.
1. Les DREAMers son inmigrantes que llegaron a Estados Unidos como niñes y que obtuvieron protecciones legales bajo la propuesta Development, Relief, and Education for Alien Minors Act [“ley de Desarrollo, Alivio, y Educación para Menores Extranjeros”].